Se me ocurrió mezclar los multiversos de Kamen Rider Kiva y Kamen Rider Gaim para escribir un fic sobre dos personajes que, en mi opinión, hubieran hecho una hermosa pareja si se hubieran conocido 💞
Por un lado, Taiga Nobori, Kamen Rider Saga, el rey de los fangires. Por otro lado, Takatora Kureshima, Kamen Rider Zangetsu, cabeza de la familia Kureshima.
Ambos personajes tienen mucho en común: Fueron traicionados por su hermano menor por una mujer, casi son asesinados por alguien en quien confiaban, sus aliados se les volvieron en contra y terminaron sin ser correspondidos amorosamente por nadie.
Creo que, además, el ser buenos empresarios contra viento y marea, con un estilo de pelea elegante y un amor incondicional por sus hermanos menores los vuelve un ship muy prometedor.
Sin más que agregar, espero que quede bien 💙💚
Creo que, además, el ser buenos empresarios contra viento y marea, con un estilo de pelea elegante y un amor incondicional por sus hermanos menores los vuelve un ship muy prometedor.
Sin más que agregar, espero que quede bien 💙💚
[Advertencia: Shonen ai] ⚠
Serie: Kamen Rider Kiva - Kamen Rider Gaim
Ship: Takatora Kureshima x Taiga Nobori
Advertencias: Ninguna
Ship: Takatora Kureshima x Taiga Nobori
Advertencias: Ninguna
No menores de: 13 años
Entre especies
Todas las mañanas era la misma dolorosa rutina ¿Cuánto tiempo puede pasar para recuperar la dignidad luego de un rechazo? Cada día que pasaba, sin dudas, volvería aquello más difícil.
Un café en el Charmant y un pequeño trozo de pastel que ya no preparaba el mercenario que una vez supo adorarlo, sino su nueva pareja, Hideyasu Jonouchi.
Un café en el Charmant y un pequeño trozo de pastel que ya no preparaba el mercenario que una vez supo adorarlo, sino su nueva pareja, Hideyasu Jonouchi.
Cierto era que el mismo pastelero era quien en su momento le había dicho "Je t'aime", y fue tras ese sacrificio cuando comenzó a fijarse en él,
planeaba corresponderle, de no haber sido por el jovencito de las gafas que se adelantó a robar su corazón. Era inútil. Jonouchi se había asegurado de evitar cuanto pudiera que Oren y Takatora se encontraran sin él presente, nadie volvería a intentar separarlos luego de todas las dificultades por las cuales habían pasado, en parte por culpa suya. No podía culpar al chico por tal decisión, pero había llegado la hora de tomar al fin la suya... No volver al Charmant por un tiempo... ¿Cuánto? El suficiente, hasta que la herida se cierre y el pastel no le supiera tan amargo.
La pregunta era ¿Dónde debía entonces desayunar de ahora en adelante? Desayunar en su hogar era aún más deprimente, Mitsuzane con suerte cenaba con él, y los desayunos eran hasta incómodos, hacerlo con el personal de limpieza le pareció indigno, debía encontrar otro sitio.
Al día siguiente emprendió la marcha, no sería difícil, le habían recomendado otra pastelería yendo en dirección contraria al Charmant, hasta podía ir caminando si no estaba de ánimos para conducir, y así lo hizo. Sólo eran cuatro calles, caminar le despejaría un poco, no obstante al dar unos cuantos metros se arrepintió, el clima parecía querer arremeter contra su caminata, apretó el paso.
- Un bosque... -tragó saliva, no recordaba que hubiera un bosque en ese camino. Le daba mala espina, pero conservaba su cinturón y su básico lockseed, no lo tomarían por sorpresa al menos-
A medida que avanzaba, todo le resultaba más extraño... un bosque... los malos recuerdos no tardaron en aflorar... flores... ¡Habían flores! No, no eran flores ¡Eran frutos! Y asombrosamente parecidos a los frutos de Helheim, pero no iguales... Se veían de un color amarillento, con formas de mosaico en azul.
No podía permitirlo, tenía que investigar. El desayuno podía esperar. Avanzó con mucho cuidado, siguiendo aquella enredadera de flores ¿Cómo nadie las había notado? Aunque si Yggdrasil había logrado mantener Helheim en secreto ¿Por qué ahora sería diferente?
No podía permitirlo, tenía que investigar. El desayuno podía esperar. Avanzó con mucho cuidado, siguiendo aquella enredadera de flores ¿Cómo nadie las había notado? Aunque si Yggdrasil había logrado mantener Helheim en secreto ¿Por qué ahora sería diferente?
Continuó, ahora con extremo cuidado, no conocía el terreno y estaba solo, el bosque parecía incluso cerrarse detrás suyo, como una puerta automática, pero se mantuvo sereno, ya había sobrevivido antiguamente una situación similar, no moriría tan fácilmente.
Apenas dio unos cuantos pasos más y un rugido sonó detrás suyo, asustándole, pero no pudo ver más que maleza. Era extraño, parecía más un ronquido... el fenómeno se repitió un par de veces, pero antes de lograr descubrir de dónde provenía el sonido, algo le noqueó, dejándole inconsciente en el bosque.
Apenas dio unos cuantos pasos más y un rugido sonó detrás suyo, asustándole, pero no pudo ver más que maleza. Era extraño, parecía más un ronquido... el fenómeno se repitió un par de veces, pero antes de lograr descubrir de dónde provenía el sonido, algo le noqueó, dejándole inconsciente en el bosque.
- Lo siento, pero no puedes estar aquí -expresó una voz grave- Estos frutos no son para los humanos... -Jiro suspiró, a veces odiaba tener que hacer el "trabajo sucio", pero era lo menos que podía hacer por el hombre que había permitido su libertad y con quien ya se había encariñado-
- Algo sucedió con el flujo del espacio tiempo -continuó hablando para sí, ya que el inconsciente Takatora no podía escucharle- será mejor dejarle en un lugar seguro hasta que la luna cambie.
Dejó al humano en las afueras del bosque, lo más lejos que pudo del Castle Doran para evitar que se topara con lo que no debía, y se marchó de regreso.
Al cabo de algunos minutos, Takatora al fin despertó, no estaba completamente fuera del bosque, pero se percató de inmediato de que ya no estaba en Zawame City, incluso el clima había cambiado por un hermoso día soleado. Miró su reloj, apenas había pasado media hora desde el comienzo de su caminata, lo que suponía que no podía haber tantos cambios en tan poco tiempo, pero no tenía más opción que aceptar aquello sin pensarlo demasiado, la prioridad era salir de allí y regresar a su hogar.
Lo primero que se le ocurrió fue caminar nuevamente hacia el bosque, buscar el ruido de aquella bestia cuyo rugido era la única pista que tenía sobre lo que le había ocurrido.
- Pero qué... -se escondió rápidamente, un extraño monstruo de un color azulado intenso y diseño de mosaico había aparecido y puéstose a comer los frutos- ¿Un Inves? No... Luce diferente... -no estaba en sus planes atacarlo hasta que vio a dos personas, una mujer adulta y una adolescente, paseando cerca de allí- ¡Cuidado, huyan de aquí! -advirtió, colocándose su cinturón para enfrentarse al fangire-
La mujer y la joven se quedaron boquiabiertas con el espectáculo, observando cómo el fangire era atacado ferozmente por Zangetsu.
- ¡Déjalo, monstruo! -respondió la más joven, viendo Takatora con horror cómo ambas se convertían en monstruos similares para atacarle-
- ¡Comieron el fruto! -exclamó al ser lo primero que pensó, pero ahora estaba en problemas con tres fangires atacándole al mismo tiempo- ¡Ah! -un ataque rápido de un cuarto sujeto lo desconcertó, y al alzar la vista lo vio... se trataba de otro kamen rider, sin dudas, pero no supo decir quién era-
- ¡Déjalo, monstruo! -respondió la más joven, viendo Takatora con horror cómo ambas se convertían en monstruos similares para atacarle-
- ¡Comieron el fruto! -exclamó al ser lo primero que pensó, pero ahora estaba en problemas con tres fangires atacándole al mismo tiempo- ¡Ah! -un ataque rápido de un cuarto sujeto lo desconcertó, y al alzar la vista lo vio... se trataba de otro kamen rider, sin dudas, pero no supo decir quién era-
- ¡Muéstrate, monstruo! -ordenó aquel rider desconocido- Ustedes, huyan -se dirigió esta vez a los fangires-
- Tú defiendes monstruos -respondió lacónico Takatora, poniéndose en guardia para pelear-
- Tú defiendes monstruos -respondió lacónico Takatora, poniéndose en guardia para pelear-
La pelea fue corta y brutal, Taiga había subestimado a este nuevo rider y acabó destransformándose cuando Takatora le aplicó el golpe de gracia, usando el Kachidoki arms para superar al otro. El enfrentamiento ya se había definido, pero Takatora había quedado paralizado al ver que quien había ayudado a aquellos monstruos era, a su juicio, físicamente un humano. No tuvo mucho tiempo de analizar la situación, otro rider había aparecido en escena y debió esquivar un espadazo que, de haber sido certero, hubiera roto su belt.
- ¿Estás bien, hermano? -preguntó Wataru, preocupado por Taiga y amenazando firmemente a Takatora con su Zanvat sword-
- Sí, sólo me tomó desprevenido -el rey fangire se puso de pie nuevamente, tomando a Kivat II- Henshin -pronunció antes de transformarse, ahora en Dark Kiva-
Takatora supo enseguida que estaba en problemas, ciertamente ese traje era más fuerte que el anterior y su nuevo compañero parecía estar dispuesto a acabar con él de un solo golpe con tan peligrosa espada.
Con suficiente astucia, sacó su lock suika y se alejó rodando a toda velocidad, ahora en dirección a la ciudad para poder camuflarse rápidamente, perdiendo eficazmente a ambos hermanos. Se había salvado por los pelos, pero no olvidaba que algo extraño estaba sucediendo, por lo que se guardó un fruto de los encontrados en el bosque, con el objetivo de investigarlo luego y obtener respuestas.
- No se convierte en lockseed -observó en voz alta al arrancar una fruta- no servirá para sobrevivir si vuelvo a perderme en el bosque... -exhaló lánguidamente, ya estaba mareado de hambre y esas frutas no eran de ayuda en absoluto, buscó el primer lugar que pudiera encontrar donde pudiera desayunar-
"Parece una mala broma", pensó al ver el nombre del lugar, pero ya era lo de menos, considerando la pésima mañana que había tenido. Entró, le agradó la escasez de gente y el aire familiar que daba aquel sitio, hasta se sentía desubicado con su elegante traje negro para comer en un sitio como ese.
- Bienvenido señor ¿En qué puedo servirle? -se acercó Máster, con su amigable semblante que siempre tenía consigo-
- Un café, por favor, y una porción del postre de la casa -sonrió forzadamente, se había sentado de espaldas a la puerta para que nadie le reconociera , recordando que habían monstruos allá afuera con apariencia humana-
- Enseguida, señor -lo miró desde todos los ángulos, fascinado con el desconocido y su elegante apariencia- ¡Ah, Wataru! -saludó cálidamente al menor, que se sentaba en la barra como de costumbre-
- Un café, por favor, y una porción del postre de la casa -sonrió forzadamente, se había sentado de espaldas a la puerta para que nadie le reconociera , recordando que habían monstruos allá afuera con apariencia humana-
- Enseguida, señor -lo miró desde todos los ángulos, fascinado con el desconocido y su elegante apariencia- ¡Ah, Wataru! -saludó cálidamente al menor, que se sentaba en la barra como de costumbre-
- Hola, Máster ¿Nago-san y Megumi no pasaron por aquí hoy? -preguntó suave, despertando todas las alertas de Takatora al reconocer su voz-
- No, dudo que vayan a venir hoy, están en un viaje, llegarán mañana por la mañana -respondió a la conversación-
- Oh.. Las cosas se están poniendo extrañas por aquí -bajó un poco la voz- con Niisan nos cruzamos con un extraño Kamen Rider que nos atacó, él ya está intentando averiguar si hay alguien más trabajando en un Rider system sin que supiéramos.
- Lo encontrarán pronto, esas cosas no pasan desapercibidas -rió mientras servía su pedido al pelinegro- espero esté todo de su agrado.
- Seguramente... -Takatora aprovechó a girarse para observar a Wataru, sorprendido de que aquel jovencito con cara de gatito domesticado le haya atacado minutos antes-
- Saldré ahora, quedé de encontrarme con Shizuka y Kengo en el parque, Shizuka preparó un picnic, lástima que Nago y Megumi no nos acompañarán -sonrió con dulzura y se despidió del mayor-
- Wataru... Me pregunto si será un monstruo... -se preguntaba el pelinegro hasta que probó el delicioso café, sin dudas cumplía sus expectativas, y sólo por eso había valido la pena. El pastel estaba pasable, pero se notaba que estaba hecho con el fin de satisfacer la memoria emocional por el aire hogareño que desprendía- Quizá aquí los frutos funcionan diferente -sacó el fruto que había tomado antes de salir del bosque- esos monstruos huyeron cuando ese hombre se los ordenó, tenían la conciencia pero no la fuerza de los Overlords -analizaba para sí- entonces ¿Qué son? ¿Qué sucede en este lugar? -acercó el fruto a su rostro para olerlo, pero una mano detuvo la suya con firmeza pero suavidad-
- Cuidado, esos frutos no están hechos para el consumo humano -advirtió una voz masculina-
- Tú... -Takatora abrió los ojos de par en par al ver que, quien le detenía, era aquel hombre que lo había atacado para defender a unos monstruos, pero no emitió comentario alguno al respecto, sólo se limitó a mirar cómo se sentaba frente a él y le quitaba la fruta con una mano enguantada-
- Tú... -Takatora abrió los ojos de par en par al ver que, quien le detenía, era aquel hombre que lo había atacado para defender a unos monstruos, pero no emitió comentario alguno al respecto, sólo se limitó a mirar cómo se sentaba frente a él y le quitaba la fruta con una mano enguantada-
- Lamento asustarte -sonrió con dulzura- mi nombre es Taiga Nobori, yo creé esas frutas -agregó con orgullo-
- ¿Qué quieres decir?
- No eres de por aquí ¿Verdad? Ah, gracias Máster -el mayor se había adelantado a servirle una taza de café. Si bien el fangire no solía consumir eso, siempre lo hacía para no herir su orgullo- Verás, este fruto es un sistema de consumo de energía alternativo, pero no es para los humanos, sólo para los fangires -dijo con naturalidad, dando por hecho que su interlocutor sabía a qué se refería-
- ¿Fangires? Yo vi humanos consumiéndola y convirtiéndose en monstruos luego -argumentó, borrando la sonrisa amable del rostro de Taiga-
- Los fangires no somos monstruos, esa palabra lleva años zanjada y está prohibido usarla para cualquier especie -explicó con seriedad, pero recuperó la compostura al ver el confundido rostro del pelinegro- ¿Realmente no sabes de lo que estoy hablando?
- No. Como bien adivinaste, no soy de por aquí, en absoluto, por lo que te agradecería una explicación -dijo casi como exigencia, Taiga se mostró poco entusiasmado-
- ¿Cómo te llamas?
- Takatora... Takatora Kureshima -respondió algo dubitativo, pero le sorprendió ver que el otro no reconocía en absoluto su apellido-
- Takatora... -repitió- Estoy algo ajustado de tiempo, puedes venir a mi empresa, Development & Pioneer, allí será más fácil -propuso-
Takatora se quedó en silencio unos segundos, sólo viéndole fijamente. "Los fangires no somos monstruos" había dicho, pero no importaba cuánto lo miraba, ese hombre no parecía un monstruo en absoluto.
No obstante, era una excelente oportunidad para obtener todas las respuestas que necesitaba, incluyendo el modo de regresar a su mundo, razón por la cual, asintió.
- No tenía intención de quedarme mucho tiempo, pero aceptaré tu oferta con gusto -dijo, robándole al fangire una adorable sonrisa sincera-
- Me alegra oír eso, no quisiera que nadie se quede con una mala impresión entre especies -sacó de su bolsillo una elegante tarjeta de presentación y se la entregó- ven a la hora que gustes, siempre estoy allí, en mi oficina o en mi piso -aclaró, dando a entender que vivía incluso en ese edificio- Y Takatora -agregó antes de salir, sin dar tiempo al pelinegro a responder- pide todo lo que gustes, Máster, cárgalo a mi cuenta, nos vemos. -salió, dejando boquiabierto al mayor-
Era la primera vez que alguien le consentía así. Al ser millonario, solía ser quien pagaba todo y rara vez alguien le invitaba siquiera un café. Sonrió para sus adentros, se había sentido bien aquello para variar.
Finalmente, pasado un buen rato, salió a caminar por el desconocido vecindario. Era un sitio bello, lleno de parques, sin escenarios donde compitieran los más jóvenes. La gente daba por hecho la existencia del bosque y no tocaba los frutos, sin embargo habían otras "personas" que se adentraban allí, seguramente para recolectarlos ¿Serían los "fangires" que Taiga había mencionado? Era lo más probable. ¿Debía decirle que había sido él quien lo atacó unas horas atrás? No... Sería mejor omitir esa información por el momento, al menos hasta suponer que no había peligro.
¿Qué haría si no lograba encontrar el camino de regreso? Su celular no parecía querer funcionar para comunicarse con su mundo, ningún número estaba disponible o directamente decía que no existía el número, era aterrador. Su única oportunidad de regresar ahora eran las respuestas de ese hombre, Taiga Nobori.
Ya era media tarde, había dejado pasar suficiente tiempo como para prepararse mentalmente y averiguar la ubicación de la empresa mencionada.
- ¿En qué puedo ayudarle? -una atractiva recepcionista lo atendió con una sonrisa-
- Mi nombre es Takatora Kureshima, tenía cita para ver a Taiga Nobori. -respondió-
- Claro, el presidente Nobori lo dejó dicho, pase por favor, mi compañero le guiará a su oficina -otro chico se acercó, dispuesto a acompañar al recién llegado a la lujosa oficina-
"Presidente Nobori", ya tenían algo en común, pero no pudo evitar algunos malos recuerdos.
- Con permiso -dijo el joven, abriendo suavemente la puerta de la oficina. Taiga le hizo un gesto para que deje pasar al invitado y éste respondió con un asentimiento y se abrió paso hacia un lado para dejar entrar a Takatora, cerrando la puerta tras él. Sintió una pequeña punzada al ver una mirada algo hostil en Taiga, en comparación a la mañana.
- Me mentiste -acusó el fangire de buenas a primeras-
- No se de qué hablas.
- Dime por qué me atacaste esta mañana, debiste haberme reconocido en la cafetería, y fingiste no saber sobre mi o los fangires -se acercó. Takatora no retrocedió, pero podía percibir el aura peligrosa que emanaba aquel sujeto- El chico que te acompañó hasta aquí es el fangire que atacaste en el bosque, te reconoció. -se acercó un poco más- Como rey fangire estoy obligado a mantener la paz entre las especies, y cuidaré a los míos con todo lo que tengo, así que responde... ¿Eres enemigo de los fangires?
- No, ni siquiera se qué son los fangires, lo confundí con un Inves, una especie agresiva que hay de donde yo vengo -evitó usar la palabra "monstruo" por precaución, pero le pareció hasta un tanto adorable la expresión de sorpresa que soltó el castaño, ciertamente no se esperaba esa respuesta-
- ¿Inves?
- Sí... se trata de una especie sin conciencia, los cuales al comer una fruta, la cual es muy parecida a la que los fangire estaban comiendo, se vuelven aún más fuertes y violentos. Todo fue... básicamente un malentendido.
- Tiene sentido -sonrió, en parte aliviado por no tener la necesidad de pelear ahí o matarle sin más, hasta le parecía un despropósito y un desperdicio matar a un hombre tan interesante y elegante como ese, que sobresalía del común de los humanos que había conocido hasta el momento- en ese caso... empecemos de nuevo ¿De acuerdo? -ofreció su mano, ahora su expresión era amable, había perdido toda la hostilidad que hubo mostrado hacía un momento. Takatora aceptó el gesto y correspondió al apretón de manos- mi nombre es Taiga Nobori, y soy el rey de los fangire. -al deshacer el apretón de manos, retiró el guante de su mano izquierda y le mostró el tatuaje en su mano, aquel que demostraba su alto nivel jerárquico como King, pero evitó cualquier demostración de poder-
- Ya veo, en este mundo hay paz entre especies, y tú en calidad de King, proteges a los fangire... -le sabía extraño, pero se sintió atraído hacia Taiga, estaba interesado en saber más de él- ¿Cómo es que se mantiene la paz? En mi mundo eso es sencillamente imposible.
- Aquí también lo fue por mucho tiempo, los fangires consumían almas humanas, esa era nuestra fuente de energía. Acompáñame por favor -le invitó a seguirle fuera de la oficina, guiándole por el enorme edificio- ¿Sabes, Takatora? No fui yo realmente quien logró la paz entre las especies, yo sólo la mantengo. En realidad, fue mi amado hermano menor, Wataru. Él es mitad humano, mitad fangire, gracias a él pude ver las cosas de otra manera -se giró y sonrió al decir eso último. Takatora sintió una leve opresión en el pecho al verle hablar de su hermano de forma tan cálida. Otra cosa en común...- Aquí en D&P, desarrollamos esa fruta junto a científicos humanos -se acercaron a un inmenso vidrio donde, al otro lado, podía verse un extenso laboratorio con plantas y computadoras, todos concentrados en lo que estaban haciendo, haciendo caso omiso de su presencia- los frutos brindan casi la misma cantidad de energía que da el consumo de un alma humana, por lo que cuidamos el bosque para que crezcan siempre y hayan suficientes para todos, son totalmente gratis para los fangires.
- ¿Y de dónde obtienen su energía los frutos?
- De la misma tierra, del bosque, de las plantas, los árboles, de todo lo que la rodea, por eso sólo pueden crecer en el bosque -explicó-
- ¿Qué puede pasarle a un humano si consume un fruto? ¿Se convierte en fangire?
- No -rió suave- pero al ser una fuente de energía, el cuerpo humano reacciona violentamente, como un shock eléctrico. Es posible que un anciano o alguien con problemas de corazón no sobreviva a eso.
- Entiendo -suspiró- es una admirable labor -miró a los científicos trabajar, ninguno le inspiraba ese aire egoísta que tenían los científicos de Yggdrasil, nadie debía ser sacrificado en pos de la supervivencia de otros, se sintió conmovido, aquel hombre ni siquiera era un humano y sentía más empatía por ellos que Ryoma y los demás- ¿Hay otras especies, además de humanos y fangires?
- Sí, existen los últimos de tres especies, el clan Wolfen, el Franken y el Merman. ¿Por qué? ¿Te topaste con alguno de ellos?
- No estoy seguro... Es posible -frunció el ceño, intentando recordar el incidente de la mañana- yo estaba en mi mundo, me adentré en el bosque y luego... un rugido, un sonido de algo que debía ser realmente grande, tras oírlo unas tres veces, algo me noqueó, y aparecí aquí.
- ¿Un... rugido? -no logró enlazar el relato con el Castle Doran, por lo que se quedó pensativo unos minutos- Te ayudaré a averiguar cómo regresar a tu mundo, si una especie de aquí es responsable, será cuestión de investigar un poco -le dio una palmada en el hombro- te lo prometo.
- ¿Por qué me ayudarías?
- Hay algo en ti, en tus ojos, todo de ti dice que no eres un humano ordinario -sonrió- tu mirada me dice que has pasado por muchas traiciones ya, lo sé porque me ha pasado... por eso estoy dispuesto a depositar mi confianza en ti, Takatora.
No entendió cómo, pero ese hombre, ese fangire, había logrado de algún modo ver a través suyo. Tenía razón, había sido traicionado, varias veces, y sus ojos no habían podido ocultarlo.
- Será mejor que me vaya.
- ¡Espera! -le detuvo- Si este no es tu mundo, no tienes dónde quedarte ¿Verdad?
- No tienes que preocuparte por eso.
- Takatora -exhaló a modo de regaño, tomándolo de la muñeca y poniéndole una tarjeta en la mano- mi piso es el onceavo del edificio, puedes quedarte el tiempo que necesites.
- Te he dicho que...
- Yo tomaré la responsabilidad -interrumpió- y me encargaré de todo. -dijo al final, dando por concluida la conversación.
Takatora rió para sus adentros y regresó sobre sus pasos directo al ascensor, dispuesto a hacer lo propuesto. Era la segunda vez en el día que ese hombre le consentía y se imponía de esa manera, y por alguna razón, lograba que no pudiera negarse a aquello, le generaba un sentimiento extrañamente placentero.
La tarjeta era genuina, el pitido indicaba que había abierto la puerta exitosamente. Entró. El aire de pertenencia resonaba en cada rincón y mueble, decoración blanca, bien iluminada, todo elegido con un gusto exquisito y la exigencia digna de un rey.
- Un rey...
Se cruzó con uno de los muebles, uno con fotografías de muchas personas. Una hermosa jovencita, Mio, otra con Taiga y Wataru sonriendo felices a la cámara, otra abrazando a su madre y, finalmente, una de Máster y Shima en el café MalD'amour, lugar que reconoció de inmediato. Pero se detuvo en la primera, parecía estar en un marco de oro, esa persona era especial, al menos más que el resto.
No debía sorprenderse, para un rey siempre debía haber una reina ¿O no? Normalmente así debían ser las cosas. Se sintió un estorbo ¿Qué estaba haciendo ahí? En el departamento de un hombre con novia, o quizá esposa, quién sabía, era un fangire, si tenía un hermano, formaban familias, de eso no habían dudas. De pronto sintió como si todo le hubiera sentado mal, supo distinguir esa amargura, era la misma que había sentido hasta ayer en el Charmant. No necesitaba eso, prefería congelarse esa noche en el bosque antes que sentir aquello, razón que le empujó a regresar hacia la puerta, se iría de allí cuanto antes.
- ¿Takatora? -se vió abruptamente interceptado por Taiga, que estaba llegando y a punto de entrar, casi chocando de bruces con él- ¿Estás bien?
- Sí, bueno, más o menos, necesito salir...
- Entiendo. Tienes hambre ¿Verdad? Supuse que querrías cenar temprano, así que organicé todo ya en el restaurante del primer piso -invitó animado-
- No es eso, yo...
- Estás de suerte, la paella de este restaurante es conocida por ser deliciosa.
Ahí estaba de nuevo, quería negarse, pero no podía. Era tan simple decir "No, gracias" y simplemente largarse de allí, pero algo se lo impedía. No podía rechazarlo, le hacía sentir remordimientos aún antes de siquiera intentarlo, como si el fangire estuviera desesperado por compañía y negársela significaba una crueldad imperdonable.
- La probaré entonces -dijo finalmente, consiguiendo una sonrisa conforme del menor-
Llegaron en apenas unos minutos, el lugar era grande, lujoso, y vacío de clientes, no obstante habían dos hileras de meseros dispuestos a servirles sólo a ellos. Parecía reservado para una reunión importante, o una cena romántica. Quizá ya lo tenía reservado para la chica de la fotografía y debió cancelarlo por su culpa... sólo era una posibilidad, pero le abrumó.
- ¿Qué te parece? -preguntó Taiga al servírseles la comida-
- Está muy bien -concluyó-
- ¿Verdad? Me alegro -volvió a mostrar conformidad con la respuesta-
- Vi algunas fotografías en tu cuarto -comentó intentando demostrar desinterés- me sorprende que alguien que conoce a mucha gente viva solo.
- No estoy solo -dijo en voz lo suficientemente alta- digo... mi hermano Wataru me visita casi todos los días... -suspiró con amargura- pero tienes razón... técnicamente vivo solo -forzó una sonrisa-
- ¿Eres un rey sin reina? -lanzó Takatora como un misil. Sabía que se había pasado con la pregunta, pero le interesaba más la respuesta y el fin justificaba los medios-
- ¿Te estás burlando de mi?
- No. Es sólo que, si hay un rey fangire, debería ser de esperar que también haya una reina.
- La hubo -respondió sombrío- Mio, la joven de la fotografía con marco dorado -su voz se quebraba un poco al hablar de ella- Ella me traicionó y fue ejecutada injustamente. -bajó la mirada- Fue la única persona que amé, incluso aunque ella no me amara, no podría simplemente aceptar a otra reina.
- Lamento traer un recuerdo tan amargo a tu mente otra vez -se disculpó, pero en su interior le invadía una sensación de alivio-
- No te preocupes, fue hace ya algunos años. Es posible que, cuando la siguiente reina surja, tampoco me ame, o también se enamore de Wataru -confesó accidentalmente- los matrimonios arreglados terminan mal. También existe la posibilidad de que me enamore de una humana, antes ni lo hubiera pensado, pero ahora estoy considerándolo, seré feliz si sé que me ama lo suficiente.
- No contemplo la diferencia entre estar con un fangire o un humano.
- Lo fangires vivimos más tiempo... Sin embargo, eso es lo que hace que me atraiga la idea de estar con humanos, al vivir menos, disfrutan más el tiempo y a las personas.
- Suena lógico -respondió, sin dejar de comer la lujosa comida-
- ¿No estás disfrutando acaso esta cena? ¿El aprender cosas nuevas? ¿Mi compañía...?
- Así es -afirmó educado-
- Me alegro -sonrió con sinceridad, feliz con aquella respuesta- pero háblame un poco de ti. ¿Cómo es que eres un Kamen Rider? -Taiga, que no había probado bocado alguno, cruzaba los dedos y prestaba toda su atención a su acompañante, lucía más relajado luego de la confesión anterior-
- Para ser claro, deberé empezar desde el principio... -tomándose todo el tiempo necesario, relató desde el comienzo de la creación de los drivers y lookseeds, hasta su conclusión con cada detalle necesario. Taiga lo escuchaba con atención, fascinado con todo aquello, actitud que permitió a Takatora abrirse y contarle toda la traición de Mitsuzane. Sin darse cuenta, la noche había avanzado y casi era hora de dormir.
- Lamento que se haya ido la hora hablándote de mi -se disculpó el pelinegro. Era raro que hablara tanto, pero una vez inició, sintió que no podía detenerse-
- Yo no. A decir verdad, esto es lo más interesante que me ha pasado en los últimos cinco años -confesó-
- No puede ser, eres un fangire.
- Eso no significa nada en realidad, llevo una vida casi de humano -abrió la puerta del departamento y dejó pasar al mayor primero- báñate primero si quieres, tengo pijamas y mudas de ropa de sobra -señaló el baño y la que era una habitación de huéspedes tan lujosa como la de un hotel cinco estrellas-
Se bañó, había decidido dejar de resistirse a la actitud complaciente de Taiga y directamente mostrarse halagado e impresionado, ya que al parecer eso le satisfacía y hacía más feliz, conmoviéndole.
Tocó su cicatriz un rato mientras se secaba, cicatriz que era la huella de su pasado con Ryoma. Había sido tan despreciable para ser un ser humano, mientras que Taiga, un fangire, tenía la sencillez de buscar la felicidad de quienes le rodeaban, esforzándose y ofreciendo todo lo que podía, desesperado por no quedarse solo.
- Te traje... algunas cosas que podías necesitar -enrojeció, Takatora e había puesto ya el pantalón del hermoso pijama blanco tiza que Taiga le había dado, pero continuaba con el torso desnudo- lo siento, debí tocar -no estaba en absoluto acostumbrado a ver a nadie más allí que no fuera Wataru, que además era su hermano. Dejó algunas toallas, una bata, una muda completa de ropa y un cepillo de dientes nuevo, todo perfectamente acomodado sobre la cama-
- Gracias -sonrió algo divertido, no se esperaba que Taiga fuera tan tímido- y no te preocupes, es tu casa al fin y al cabo.
- No, pero igual no es... -no pudo evitar fijarse en la cicatriz en el hombro del mayor- Eso es...
- No es nada -se adelantó a responder- sólo una secuela de un prototipo de lockseed. Es lo que tiene haber sido el primero -tomó la parte superior del pijama y se lo puso. Taiga se había quedado en la habitación sin agregar mucho más, como si simplemente estuviera haciendo tiempo- Mañana por la mañana volveré al bosque a buscar pistas sobre cómo volver a mi mundo.
- Entonces... -forzó una sonrisa- pasaré temprano y desayunaremos -propuso antes de girarse, dándole la espalda- puedes quedarte aquí todo el tiempo que quieras. Buenas noches... -finalmente salió rumbo a su habitación-
- Buenas noches... - Takatora se quedó pensativo varios minutos, mirando fijamente la puerta en silencio-
"Desayunaremos" ¿No había sido acaso eso lo que lo había llevado a cambiar su camino? Ya había desayunado con él accidentalmente esa mañana, la siguiente también sería en su compañía ¿Habría siguiente si lograba regresar a su mundo? Tal vez todo eso era un sueño y estaba desperdiciándolo, tal vez haber conocido a Taiga no había sido casualidad, esas respuestas sólo las obtendría al volver.
Se acostó y, al cerrar los ojos, temió despertar... temió abrir los ojos y ver su habitación y su pijama negro satinado... pero lo que más temió, fue pensar que no desayunaría con Taiga al día siguiente...
Sus ojos se abrieron, como todos los días, a las 7:25 am, cinco minutos antes de que suene la alarma. En efecto, seguía en D&P, pero no se oía un solo sonido, Taiga seguiría dormido, supuso, por lo que decidió permanecer acostado unos minutos más hasta que el día comenzara. Cerró los ojos y, segundos más tarde, escuchó la puerta abrirse lentamente. Pensó que podía ser Taiga, pero enseguida se percató de que ese no era el exquisito perfume que portaba el rey fangire el día anterior, por lo que abrió los ojos, sólo para encontrarse con la recepcionista parada junto a la cama.
- ¿P-pero qué...? -al principio no comprendía por qué, pero enseguida se alertó del peligro al ver cómo se transformaba frente a él-
Esquivó rápidamente dos colmillos que amenazaban con absorber su alma y se apresuró a tomar su belt y lockseed para transformarse y defenderse, pero antes de alcanzarlos, la fangire atacó, arrojándolos fuera de su alcance.
- No tienes derecho a estar aquí, humano ¡King es mío! -amenazó, ya en su forma de fangire, mientras Takatora veía impresionado cómo su cara se veía en cada mosaico de su cuerpo-
- Imperdonable -Taiga apareció de pie en el umbral de la puerta, visiblemente furioso con la situación- ¿Quién te crees que eres para osar cuestionar mis decisiones como King? -amenazó antes de darle un puñetazo tan fuerte que la tiró al suelo estrepitosamente-
- S-sólo dame algo de tiempo, despertaré como reina y nos casaremos ¡Yo sí puedo darte un heredero!
- No necesito un heredero -respondió casi entre dientes y fue entonces cuando Takatora pudo ver por qué era el rey fangire. Los ojos de Taiga se habían vuelto de un color violáceo sobrenatural, mientras que en su rostro aparecía un extraño diseño que cubría desde su pecho hasta casi llegar a sus ojos-
- Yo decreto mi sentencia como rey... ¡Muere! -dijo mientras la pisaba y alzaba su mano mostrando su marca de King, notoriamente enojado, mientras unas amenazadoras serpientes negras salían de su pie, espalda y del suelo y atacaban a la joven fangire. Entre gritos, fue consumida y su cuerpo se partió en cientos de pedazos cristalinos, como vidrios de colores, esparcidos por todo el suelo hasta desaparecer- ¿Estás bien? -su rostro había vuelto rápidamente a la "normalidad", ni siquiera parecía que acababa de matar a alguien de su especie por un humano que había conocido apenas el día anterior-
- Estoy bien, sólo me sorprendió -aquel despliegue de poder de King no le había asustado, por el contrario, y pese a que le habían atacado por causa suya, se sentía más seguro con Taiga- ¿Esto pasa a menudo?
- ¡No! Bueno, no así, suelen atacarme a mi para tomar el trono muy de vez en cuando, jamás habían atacado a un humano, ni en mi departamento, ni mucho menos para ser reina ¿Por qué atacarte a ti para ser reina? -preguntó confundido-
- Celos.
- ¿Celos?
- Sí, celos, y tiene sentido. Según me contaste, no invitas a menudo a nadie a quedarse aquí, exceptuando tu círculo cercano. Ella se habría fijado en ti hace tiempo y tú le diriges la palabra para advertirle que me estás esperando, eso pudo haberlo malinterpretado.
- Talvez... -recordó la forma en que se lo dijo. "Hoy vendrá alguien a verme, no es como los demás, es una reunión personal, por favor sé muy amable con él", esas habían sido sus palabras, quizás sí había sonado demasiado entusiasta, lo suficiente como para malinterpretarle-
- Luego cancelas todo, cenamos juntos y me das la llave de tu departamento. Normal que piense que tenemos una relación o algo por el estilo. -dijo sin un ápice de pudor en su voz, mientras que Taiga enrojeció completamente al oír aquello-
- ¿R-relación? -desvió la mirada, confundido. Takatora tenía razón, no era en absoluto descabellado que cualquiera lo vea como si estuviera cortejándole. Además, sin dudas Takatora llenaba el target para que cualquiera lo vea digno de un rey. Era atractivo, refinado e inteligente, tan "buen partido" como él, aún siendo un humano, encendía el interés de cualquiera- Tienes razón -sonrió, parecía que algo había cambiado dentro suyo- pero no te preocupes, si vuelve a ocurrir, volveré a protegerte. Le diré al servicio de limpieza que limpie este desorden -pateó algunos trozos de los restos de la fangire en el suelo con desprecio- Ahora será mejor que nos alistemos para desayunar -con mucho mejor ánimo que antes, salió de la habitación para hacer lo propuesto, dejando a un pensativo Takatora-
Ciertamente había habido un cambio de actitud repentino. ¿Será que al contemplar esa opción no le disgustó la idea? No hubo cambio de planes, no dijo "me aseguraré de que ya no hayan malentendidos" sino "volveré a protegerte". Estaba claro que no le molestó en absoluto que alguien más pudiera pensar que él era su pareja...
Se vistió y arregló, y se propuso un objetivo: disfrutar ese desayuno, ya que no sabía si sería el último. No le importaba si eso significaba más ataques de fangires frustrados, no se iría sin hacerle pensar a todo el mundo que Taiga le pertenecía. "No tienes derecho a estar aquí, humano ¡King es mío!" se atrevió a decir esa fangire, y nadie tenía derecho a hablarle así a un Kureshima.
- Estoy listo -Takatora ya se había vestido y arreglado, acostumbrado a llevar traje, mientras que Taiga, estaba un poco más informal con su camisa blanca y un jean oscuro. El rey fangire estaba frente al ventanal, mirando hacia afuera pensativo, pero al oírle se giró y le miró con una sonrisa amable, pero algo triste- ¿Ocurre algo?
- Nada malo, descuida -su tono de voz develaba fácilmente que estaba mintiendo- invité a alguien muy especial para mi para que desayune con nosotros, espero que no te moleste.
Takatora se quedó unos segundos en silencio, de pronto se sintió como una mañana corriente, en aquellas en las que iba al Charmant a ver a Oren feliz con Jonouchi, pero se compuso, recordando que Taiga no había mencionado a nadie "especial" para él además de su familia y la jovencita ya fallecida.
- En absoluto -le dio la espalda, tampoco había logrado disimular bien su molestia- desayunar de a tres es una buena estrategia para evitar los malentendidos.
- ¡No es por eso! -alzó ligeramente la voz- No tiene nada que ver con eso. Vámonos. -se adelantó a paso firme. Takatora sonrió, al fin King había mostrado su verdadero carácter-
Llegaron al restaurante, se trataba de una iluminada cafetería. Wataru era el "invitado sorpresa", y esperaba alegre en la mesa que les correspondía, recibiendo a Taiga con una sonrisa.
- Wataru -Taiga recibió a su hermano con un apretado abrazo que el menor se tomó con naturalidad- Takatora, él es mi hermano menor, Kurenai Wataru -presentó- Wataru, él es Kureshima Takatora, vino de otro mundo y aprendemos el uno del otro, su historia es... fascinante -se congeló un momento al ver que Takatora miraba a Wataru como si ya se conocieran de antes, masticando un incómodo Deja Vú de cuando presentó a Mio como su prometida- ¿Qué ocurre? ¿Se conocen? -Wataru negó nervioso con la cabeza, sorprendido por el enfado repentino de Taiga, mientras que Takatora se adelantó a responder a la pregunta-
- Lo vi en la cafetería de ayer, poco antes de que tú llegaras estaba hablando en voz alta sobre el enfrentamiento que acabábamos de tener en el bosque.
- ¡Ah! ¡Tú eres ese Kamen Rider! -reaccionó Wataru-
- También lo vi en una de las fotografías de tu departamento. -se giró hacia Taiga, que parecía haber recuperado el color de pronto- Eso es todo lo que sé de él.
- Ah... -sonrió, se sintió un poco absurdo pero no le importó- Es cierto -hizo un gesto para que ambos se sienten e hizo lo propio, quedando perfectamente enfrentados los tres en la mesa redonda- Bien, Wataru, tú actualmente conoces el bosque mejor que nadie, Takatora dice haber llegado accidentalmente debido a una anomalía.
- Así es -continuó Takatora- oí un fuerte rugido, como si se tratara de una bestia descomunal, pero no pude encontrarlo. Luego de eso, me desmayé o algo me golpeó, estuve inconsciente algunos minutos y algo me trasladó a la entrada opuesta del bosque, y enseguida me percaté de que ya no era mi mundo, la ciudad es completamente diferente.
- ¿Qué piensas, Wataru?
- Una anomalía del espacio... Un rugido... Es probable que se trate del Castle Doran.
- ¡Claro! ¿Cómo no se me ocurrió? -Taiga dio un respingo y se dirigió a Takatora- Se trata de un Dragón cuya coraza es un castillo, tiene poderes que a día de hoy son un misterio, permite hasta viajar en el tiempo y conservar armas milenarias. Era de mis padres, contiene el trono de King en su interior -explicó con paciencia- Está prohibido encontrarlo, ya que si entras siendo un simple humano, Doran podría interpretar que puede comerte y absorber tu alma, por lo que tiene guardianes que se encargan de que eso no suceda.
- ¡Claro! ¿Cómo no se me ocurrió? -Taiga dio un respingo y se dirigió a Takatora- Se trata de un Dragón cuya coraza es un castillo, tiene poderes que a día de hoy son un misterio, permite hasta viajar en el tiempo y conservar armas milenarias. Era de mis padres, contiene el trono de King en su interior -explicó con paciencia- Está prohibido encontrarlo, ya que si entras siendo un simple humano, Doran podría interpretar que puede comerte y absorber tu alma, por lo que tiene guardianes que se encargan de que eso no suceda.
- ¿Estás diciendo que lo hicieron para "salvarme la vida"? -reflexionó Takatora-
- Sí. ¿Recuerdas las especies que te mencioné cuando preguntaste si habían otras que no sean humanos o fangires? Son ellos, viven recluidos ahí por propia voluntad.
- Entonces misterio casi resuelto, en caso de que se trate de una anomalía causada por ese dragón, podré volver a mi mundo hoy mismo -bebió un sorbo de su café, pero casi se ahoga con la repentina respuesta de Taiga-
- ¡Y que podrías volver! -se mostró entusiasmado-
- ¿Disculpa?
- Wataru y yo controlamos al Castle Doran con mucha facilidad ¿Verdad Wataru? -el menor asintió, también sonriendo al ver a su hermano tan entusiasmado- si pudiera dejar una puerta abierta a tu mundo, podrías venir aquí las veces que quieras.
Takatora reflexionó unos segundos, le idea no le desagradó en absoluto, por el contrario, consideró ideal la idea de no perder contacto y no dejar a Taiga como un recuerdo más en su vida. Bajó la taza y lo miró fijamente, a lo cual el fangire respondió enfrentando miradas.
- De ser así, vendré cada día a desayunar contigo.
Taiga se mostró ilusionado con la propuesta, mientras que Wataru veía a uno y otro con una sonrisa de felicidad, al fin Taiga se mostraba interesado en alguien fuera de su círculo de familiares o compañeros de trabajo, pero no se le había ocurrido que quizá su hermano estuviera enamorándose de esa persona que recién había entrado a su vida.
Taiga, por su parte, no quería realmente ilusionarse y que volviera a ocurrirle como con Mio, imaginando que por sentirse mínimamente correspondido era porque le querían, y no quería terminar siendo traicionado nuevamente.
Continuaron desayunando mientras Takatora relataba a Wataru (con menos detalle que a Taiga) sobre los Inves y su mundo, y cómo funcionaba su belt. Wataru, sobre todo en comparación a Mitsuzane, le había parecido encantador y de una personalidad muy dulce, ese detalle le hacía comprender por qué Taiga lo sobreprotegía y era cariñoso con él en todo momento.
Tras postergar todas las citas laborales, Taiga propuso ir hacia el bosque. Por su parte, a Takatora no le desagradaba la compañía de Wataru, pero hubiera preferido que, de salir algo mal y no poder volver, aprovechar su desayuno únicamente con Taiga.
- Aquí es -Takatora señaló un sitio en específico- aquí es exactamente el lugar donde desperté luego del rugido, un poco más adelante encontré a los fangires y a ustedes.
- ¡Kivat! -llamó Wataru de inmediato, a lo que el pequeño murciélago no tardó en aparecer- Llévanos al Castle Doran.
- ¡A la orden! -Kivat III se acercó confidencial a Wataru, pero no era difícil escuchar su voz- Ey, Wataru ¿Quién es este hombre taaan elegante? No creo haber visto nunca a un sujeto como él por aquí.
- Shh, Kivat -Wataru intentó ocultarlo en su bufanda, pero el murciélago se escabulló-
- Me recuerda al cuadro Le Fils de L'Homme, de René Magritte ¡Tan misterioso!
- T-te oirá -advirtió avergonzado, mirando de reojo a Takatora disimuladamente, pero tanto él como Taiga lo habían oído-
- Eres un murciélago muy culto -halagó el mayor, divertido con la comparación-
- ¿Verdad que sí, hombre Magritte? -comenzó a volar rodeando al pelinegro, observándolo mejor-
- Takatora Kureshima.
- Un hombre como él no podía tener un nombre que sonara ordinario -volvió a apreciar Kivat, cuando de pronto un extraño zumbido robótico se oyó-
- ¿Sagarc? ¿Qué haces aquí? -preguntó Taiga sorprendido de que hubiera aparecido sin que él le llamara. El peculiar UFO demonio cobra comenzó a emitir palabras ininteligibles, al menos para Wataru y Takatora, ya que Taiga parecía estar entendiéndole a la perfección- ¿Cómo dices? -se alarmó-
- ¿Qué dijo, hermano?
- Dice que vio unos extraños monstruos cerca de aquí, atacando al último de los Wolfen -advirtió, ante lo cual los tres salieron corriendo directo a donde el pequeño UFO les indicaba. Al llegar, rápidamente distinguieron a Jiro usando sus últimas fuerzas para defenderse de cinco monstruos que Takatora identificó como Inves, de los más fuertes del repertorio-
- ¿Inves? -dijo Takatora sorprendido de verles en ese mundo-
- ¿Así que estos son los famosos "Inves"? -dijo Taiga con cierta altanería- No los quiero en mi bosque -golpeó fuertemente de un puñetazo a uno que intentó atacarlo, arrojándolo hacia atrás con violencia- ¡Sagarc! -el UFO voló dando vueltas hacia el abdomen del rey fangire, convirtiéndose en un belt- ¡Henshin! -parecía tenerle un especial odio a los monstruos que alguna vez hubiéronse metido con el mundo de Takatora-
- No los subestimes, hermano -Wataru, por su parte, esquivó el golpe de uno y se acercó a Jiro a comprobar si estaba bien, mientras que Takatora sacaba su belt, también dispuesto a transformarse y pelear-
- Tengan cuidado, se ven extraños, es posible que hayan comido de estos frutos -dijo el pelinegro al ver cómo los Inves a veces chispeaban por el exceso de energía- Henshin. -Sin perder tiempo, se transformó y comenzó a pelear, notando que, en efecto, esos Inves eran más fuertes que los que había enfrentado en su mundo con esa apariencia, tan fuertes como un Kurokage-
Sin embargo a Taiga no parecía afectarle, deshaciéndose de dos de ellos rápidamente con apenas algunos golpes.
- ¿Por qué hay Inves aquí? -se preguntó mientras peleaba, derrotando a dos mientras veía cómo Wataru ayudaba a Jiro a ir a un lugar seguro- ¿Será que la misma anomalía los trajo? -detuvo sus pensamientos al ver a uno de los monstruos atacar al fangire por la espalda- ¡Taiga! -intentó advertir en vano, Taiga había sido golpeado tan fuerte que fue arrojado algunos metros y destransformado- ¡Taiga! -se acercó corriendo- ¿Estás bien?
- S-sí, sólo me tomó por sorpresa -se incorporó a duras penas, llevándose los dedos a su boca para emitir un silbido. Acto seguido, una gigantesca cobra con alas de libélula llegó volando para atacar a los Inves, lanzando poderosos rayos que despedazaron a los que fueron alcanzados-
- Increíble... -balbuceó Takatora impresionado al ver tal despliegue de poder. Taiga, al oír aquello, buscó impresionar nuevamente a Takatora, chasqueando los dedos, orden que provocó un temblor que azotó todo el bosque, mientras que del suelo brotaban enormes versiones oscuras de Sagarc-
- No te preocupes, no quedará ninguno en pie cuando termine con ellos -dijo el rey fangire cuando un zumbido se acercó a su oído, se trataba de un enorme insecto azul que evitó que le picara el hombro- ¿Qué es eso? -preguntó asqueado cuando vio un enjambre de ellos aproximarse a toda velocidad-
- ¡Que no te toquen, son peligrosos! -Takatora no sabía cómo habían llegado ahí esos insectos que identificó de inmediato, conociendo sus efectos a medias por lo poco que recordaba-
- No lo harán -respondió serio mientras las negras serpientes brotaban del suelo, golpeando y comiendo cada insecto que se acercaba a él o a Takatora, hasta que se alejaron en una nube-
- ¡Están yendo por Wataru! -advirtió Takatora, aún defendiéndose del último Inves que se rehusaba a morir-
- Descuida, sabe defenderse -dijo confiando en la percepción del peligro de su hermano-
Sin embargo, Wataru acompañó a Jiro al Castle Doran, dejándolo a salvo en brazos de Ricky.
- Volveré tan pronto como pueda, no muevan el castillo de aquí -ordenó, a lo que Ramón y Ricky asintieron, resguardándose dentro y a la espera de ser llamados para pelear de ser necesario-
- Ne, Ne, Ricky ¿Lo notaste? -dijo, viendo por la ventana a Wataru alejarse-
- Sí, Jiro está más pesado.
- ¡No! El insecto en la espalda de Oniichan -dijo, como nombraba cariñosamente a Wataru-
- Debió ponerse repelente.
- Olvídalo -exhaló pesadamente y regresó a la mesa con su compañero--
- ¡Wataru! -Taiga lo vio acercarse, caminando algo tambaleante- ¿Wataru?
- Henshin -dijo amenazante el menor con la mirada fija en los riders, tomando de buenas a primeras la Emperor form-
- ¡Wataru! -volvió a intentar hacerle reaccionar Taiga, pero el otro no parecía oírle, atacando directamente con todas sus fuerzas haciendo uso de la Zanvat sword-
- ¡Taiga! -al ver que el fangire no reaccionaba al peligro, se interpuso, salvándole la vida y recibiendo el ataque de lleno- ¡Ah! -cayó, ya destranformado por la fuerza del golpe-
- ¡Takatora! -corrió a su auxilio, encontrándolo malherido. Por su parte, las Mother Sagarc y la cobra libélula atacaron a Wataru, pero éste se deshizo de cada uno, abriéndose paso-
- No te preocupes por mi, si pasa más tiempo, el veneno de esos insectos consumirá a Wataru -advirtió el mayor, a lo que Taiga reaccionó de inmediato, emitiendo un silbido que llamó a una versión más oscura y antigua del Kivat que había usado Wataru, se trataba de Kivat II-
- ¡Henshin! -el milenario murciélago mordió la mano de Taiga al grito de "Gaburi", transformando a King en Dark Kiva-
Takatora reconoció la transformación de inmediato, la había usado cuando lo conoció, pero no había llegado a enfrentarlo, y pronto supo por qué aquella había sido la mejor decisión que había tomado.
Una encarnizada pelea entre hermanos había comenzado frente a Takatora, trayéndole los peores recuerdos en forma de una horrible punzada en la cabeza. Y es que habían heridas que, por más que el cuerpo se recupera, en el corazón y la mente seguían doliendo.
- ¡Detente! -vio horrorizado cómo, con un certero golpe, fue Wataru quien resultó vencedor y continuaría atacando a Taiga si no reaccionaba a tiempo, cuando una voz robótica sonó detrás suyo-
- RI-I-SI-N-G -dijo aquella voz, dando paso a un Kamen Rider que no había visto hasta el momento-
Takatora ya había oído ese nombre en boca de Wataru la mañana anterior y recordó que el hombre en la cafetería había mencionado que se suponía que volvía hoy. Se preguntó cuántos Kamen Riders habían en aquel mundo.
- ¿Por qué están peleando? ¡Responde, Wataru! -ordenó Nago con firmeza, pero el menor continuaba sin entrar en razón, atacando a su amigo como única respuesta-
- Está siendo controlado -dijo Taiga, poco esperanzado, puesto que sabía que IXA poco podía hacer contra Kiva y, en efecto, también fue derrotado y destransformado, cayendo en sentido opuesto a ellos, también malherido- ¡Sal de aquí, Takatora! -ordenó desesperado al ver a Kiva apuntar directo hacia él, dispuesto a terminar con su vida.
Takatora no pudo reaccionar, había visto el abrumador poder del jovencito y sabía que no tenía la más mínima oportunidad, por lo que pensó que moriría sin remedio. Pero antes de que la poderosa espada lo alcanzara, Taiga la había detenido con su mano izquierda, la cual estaba completamente rodeada por serpientes negras que emitían agudos rugidos.
- Taiga... -Takatora vio al fangire usar toda la fuerza que le quedaba para detener ese ataque, mientras que con su otra mano apuñalaba a Wataru justo en el corazón, absorbiendo el veneno del insecto fuera de su cuerpo-
- ¡Wataru! -gritó, haciéndole reaccionar al fin. Wataru aflojó todo su cuerpo y deshizo la transformación de inmediato, cayendo de rodillas y temblando por no comprender qué estaba sucediendo. Taiga enseguida se arrojó a abrazarlo, con el brazo gravemente herido y del cual emanaba una gran cantidad de sangre azul que salía a borbotones- ¿Estás bien?
- Niisan... Lo siento -miró el daño a su alrededor, pero ciertamente el más grave era Taiga- Tu mano...
- Estoy bien, Wataru, no es nada -intentó decir sin sonar demasiado adolorido, pero se notaba en su voz el terrible dolor que estaba padeciendo-
- Nada de eso -Takatora se acercó y tomó la mano herida de Taiga, haciéndole emitir un quejido- No seas estúpido -sacó de su bolsillo delantero el pañuelo verde que siempre llevaba consigo, envolviéndole la mano para detener la hemorragia. Aún así, le había resultado curioso el hermoso color azul de la sangre del fangire-
- No puedes quedarte así, hermano, tiene que verte un doctor -se preocupó Wataru, apartándose para que Takatora lo ayude a ponerse de pie. Taiga se sostuvo del cuello de Takatora con el brazo que tenía sano-
- Estoy bien, estamos aquí para llevar a Takatora al Castle Doran, tengo que ayudarlo a regresar a su mundo -dijo a duras penas-
- No digas estupideces -se quejó el mencionado-
- Takatora...
- No pienses que voy a irme sabiendo que estás herido, y que hay Inves que de algún modo pasaron a este mundo. No me iré hasta que te encuentres bien.
- Yo llevaré a Nago con Megumi, no te preocupes hermano -intentó mostrarse recuperado de la situación anterior, juzgando que lo mejor para Taiga en ese momento era quedar al cuidado de Takatora-
- Está bien -finalmente se dejó ayudar por Takatora a salir del bosque, procurando estar atento a que ningún otro Inves o insecto aparezca- lamento que no puedas regresar a tu mundo.
- ¿Querías que me vaya?
- No es eso -emitió una risa corta, seguida de un quejido- es que ¿No dijiste que también tenías un hermano? Debe estar preocupado.
- Es posible -respondió- pero normalmente se preocupa pasado una semana sin contacto, no somos tan unidos como tú y Wataru.
- Aún así tiene suerte de tenerte -volvió a soltar un quejido, pero esta vez se aflojaron sus piernas y e desplomó sobre Takatora, quedando completamente inconsciente-
- ¡Taiga! -lo acomodó para poder incorporarlo y sostenerlo mejor, sujetándolo firmemente por la cintura- Estás perdiendo mucha sangre ¡Resiste! -comenzó a pensar a toda velocidad sobre cómo proceder. No podía llevarlo a un hospital común, era un fangire, quizá no había quien le tratara ¿Una clínica de fangires quizás? ¿O como rey su situación sería diferente? Lo miró, sus ojos ya estaban cerrados y respiraba con dificultad, no podía perder más tiempo, por lo que buscó en la camisa de Taiga el celular hasta dar con él. Pronto encontró el número del asistente y lo llamó, dando su ubicación lo mejor que pudo con los comercios que vio cerca-
- ¡No se muevan de ahí, estoy cerca! -uno de los asistentes más cercanos al rey, quien era ahora el nuevo Alfil que reemplazaba al anterior Bishop, respondió y acudió de inmediato, preocupado por su jefe y rey-
Una hora más tarde, Taiga por fin abría los ojos. Lo primero que vio fue a Takatora sentado a su lado, manteniendo siempre su serio semblante. estaba en un cuarto del hospital de su médico personal, reconoció la extraña decoración abstracta de inmediato. Su mano ya no le dolía tanto, pero la tenía vendada completamente con un vendaje especial con el característico diseño de vitral de los cuerpos fangires.
- ¿Takatora? -intentó incorporarse, pero el mayor lo detuvo-
- No te sobre esfuerces -lo tomó por los hombros y le obligó a permanecer acostado. Taiga no ejerció resistencia-
- ¿Cómo encontraste este lugar?
- Tomé tu teléfono -sólo entonces lo sacó de su bolsillo y se lo devolvió, dejándoselo en la mesita más cercana- llamé a tu asistente, él nos recogió a la salida del bosque y nos trajo aquí. Expliqué lo que había pasado y te llevaron a una sala de operaciones. A los pocos minutos, ya estabas en este cuarto descansando. Wataru llamó para saber cómo estabas, le repetí lo que tu médico dijo: "su mano quedará como nueva en una semana", eso dijo. También te reprogramé las conferencias que tenías para esta tarde, para que sean videoconferencias mañana por la tarde.
- Eres tan eficiente como luces -sonrió, lejos de molestarle o resultarle invasivo el atrevimiento de Takatora de injerirse en sus asuntos, se sintió complacido- serías una excelente mano derecha para mi...
- Lo mismo digo de ti. Conocí algunos fangires dispuestos a cortarse el brazo para salvar el tuyo, te aprecian hasta ese punto. Dicen que les has cambiado la vida al darles una oportunidad de involucrarse con humanos sin ser juzgados. -suspiró- Esa es la clase de hombre que necesitaba Yggdrasil, esa fidelidad nunca la había visto en mis empleados.
- Ojalá pudiera decir eso de todos ellos, pero ya viste lo que pasó con mi recepcionista, de vez en cuando a uno se le da por traicionarme u ocultarme experimentos prohibidos.
- Experimentos prohibidos... -Takatora se quedó pensativo unos segundos. ¿Podía tener algo que ver la aparición de los Inves en este mundo con los experimentos de D&P? Tendría que investigar- ¿Como experimentar con humanos?
- O con fangires -agregó-
- Claro -se acercó un poco más, pretendiendo acomodar la almohada de Taiga para poder hablarle en voz baja- dime ¿Qué tan confiable es tu doctor?
- ¿Te refieres a Pawn? -preguntó confundido, pero Takatora lo calló de inmediato, tapándole la boca con su mano unos segundos- ¿Qué pasa con él? -había bajado la voz, preocupado- Sé que es un poco excéntrico, pero...
- Me preguntó si estaba allí para "operarme", para convertirme en fangire.
- Qué extraño... La última vez que realizó esa operación fue a Shima hace años, se lo prohibí luego de ver los pésimos resultados.
- Dudo que esa haya sido la última... -se acercó un poco más- Mi respuesta a su pregunta fue "¿Es posible?", y entonces él agregó "Rook ya debe haberte dado los detalles" y que regresara mañana cuando "el pago" estuviera depositado.
- ¿Qué dijiste? -preguntó asombrado y furioso con la nueva información- Si está operando a mis espaldas, yo mismo lo ejecutaré.
- No puedes hacer nada hasta que tu mano no esté recuperada...
- ¡Ah! -una aguda voz se oyó en el umbral de la puerta. Era una enfermera que había llegado sin más que su planilla, pero se tapó los ojos, abochornada- P-perdón, no quise interrumpirles... -claramente había creído que la cercanía se debía a que estaban besándose, enrojeciendo completamente-
- ¿¿Interrumpir qué?? -preguntó ferozmente el fangire, pero Takatora se encargó de confirmar las falsas sospechas de la joven acariciando el rostro de Taiga-
- La próxima vez toca, por favor, que sea un hospital no significa que el derecho a la privacidad no exista -advirtió el pelinegro, mientras que Taiga se esforzaba por comprender qué ocurría-
- S-sí, lo siento, v-volveré más tarde -hizo una marcada reverencia y se retiró a toda velocidad, cerrando la puerta tras de sí-
- ¿Por qué...?
- Shh -deslizó la mano con la cual estaba acariciándole para taparle la boca nuevamente- ciertamente tu doctor no puede oírnos bien, pero nos vigila, por eso envió a esa enfermera a verificar si estábamos hablando o haciendo otra cosa. No hay que levantar sospechas. -apartó suavemente su mano de la boca del menor-
- Entiendo... -desvió la mirada. Aún si los hubieran atrapado besándose, se habría puesto furioso por la osadía, pero no pudo evitar acalorarse con aquello- Quieres usar las malinterpretaciones que sucedieron a tu favor.
- A nuestro favor -corrigió- si hay un traidor aquí, te urge sacarlo antes de que tu vida corra peligro, te lo digo por propia experiencia. -finalmente se puso de pie, finalizando la confidencialidad- Iré a buscar al Inves de los insectos, será un problema grave si ataca fangires y éstos comienzan a atacar a los demás.
- No le afecta a los fangires.
- Pero a Wataru...
- A Wataru le afectó en su lado humano, yo activé su sangre fangire para expulsar el veneno -explicó- será peligroso que vayas tú, déjalo, enviaré a Bishop a vaya a buscarlo y nos de su ubicación exacta.
- Los Inves vienen de MI mundo, son MI responsabilidad -dijo con seriedad, pero al intentar irse, sintió cómo Taiga le había sujetado de la manga de la camisa, impidiéndole la retirada-
- ¡Te dije que es peligroso! -su voz retumbó en toda la habitación, dejando petrificado a Takatora del asombro al verle así. Taiga salió de la cama con dificultad, ayudándose con el brazo del mayor, hasta lograr quedar cara a cara con él- Este es MI mundo, y es MI responsabilidad también. Lo resolveremos juntos, y sólo así podremos salvar a todos.
Aquellas palabras retumbaron en la cabeza de Takatora. Le había recordado a Kouta, y en cómo se había convertido en su esperanza cuando todo parecía perdido. Jamás daba muestras de cariño físico, pero en ese momento quería abrazar a Taiga con todas sus fuerzas. Se contuvo.
- ¿Y cómo planeas resolverlo? ¿Cómo planeas salvar a todos?
- Para empezar, saldremos de aquí, D&P es más seguro que este lugar. -soltó el brazo de Takatora para buscar su ropa- Les diré a Wataru y a Nago que se queden fuera de esto, ya comprobaste lo peligroso que puede volverse todo si se involucran. -soltó un pequeño quejido, era demasiado complicado vestirse con un solo brazo bueno y el otro tan malherido-
- Déjame a mi -Takatora se encargó de ayudar a Taiga con su camisa y pantalón. Era la primera vez que hacía eso por otro hombre que no fuera su hermano. A su vez, Taiga parecía poco acostumbrado a dejar que alguien le ayude, sobre esforzándose por hacer la mayor parte del trabajo- Quédate quieto, quieres, o estaremos aquí toda la noche. -regañó mientras le abotonaba la camisa. Con eso, finalmente Taiga bajó su brazo y, aunque con algo de timidez, dejó que Takatora se encargara-
- El siguiente paso será averiguar de dónde salieron los Inves y cómo deshacernos del problemático de los insectos. -una vez listo, salieron de la habitación. Estaban a punto de abandonar las instalaciones, cuando la voz del doctor les detuvo-
- Oh no no, no puede irse aún, King, debe descansar, permítame acompañarle de regreso. -intentó tomar su mano derecha, pero Taiga la apartó bruscamente-
- Lo siento, pero tengo un compromiso importante. ¿Vamos a cenar, Takatora?
- Insisto en que vuelva a la habitación, King -intentó volver a tomarle la mano, pero esta vez recibió una bofetada de revés de parte del ahora furioso rey-
- No vuelvas a atreverte a contradecir mis órdenes de nuevo -amenazó- ni mucho menos me toques fuera de tu rol de doctor ¿Entendiste? Vámonos, Takatora -sin dejarle tiempo a respuesta alguna, tomó la mano de Takatora con confianza, como si de una pareja de años se tratara-
- Sí, lo siento -respondió entre dientes, apartándose para dejarles salir. "Bien merecido tienes que tu acompañante te oculte cosas", pensó, habiéndole creído a Takatora respecto a que se sometería a la operación clandestina-
- Lamento que tengas que pasar por esto, y... -levantó la mano cuyos dedos estaban entrelazados con los del otro- y obligarte a mantener toda esta farsa.
- No me siento obligado a nada -aclaró, a fin de cuentas él había propuesto aquello y no podía pretender sorpresa ante una caminata bajo la luz de la luna tomado de la mano con él. Hasta se lamentó de saber que sólo era una farsa- ¿Tu sí?
- No... Bueno, claro que de todos modos es sólo un apretón de manos -rió algo nervioso- sólo jamás te atrevas a propasarte sin mi permiso. -amenazó, pero Takatora soltó una discreta risa al oír eso-
- ¿Eso significa que si te lo pido, me darías tu permiso para propasarme?
Taiga se detuvo bruscamente, como si la pregunta le hubiera escandalizado, pero enseguida se echó a reír, era la primera vez que se veía envuelto en un planteo semejante.
- Tienes un sentido del humor extraño, Takatora. Pero... no lo odio en absoluto -confesó mientras continuaban la marcha al restaurante-
La cena transcurrió tranquila, sin nadie que les molestase o interrumpiera su animada conversación. Aún con la mano de Taiga lastimada, disfrutaban el momento, se volvían más elocuentes en compañía del otro, como si se conocieran de toda la vida. Intercambiaban puntos de vista respecto a sus mundos y sus problemáticas, y casi siempre coincidían en el modo de llevar a cabo sus planes y el fin concreto que les llevara a tal desarrollo.
En determinado momento, se vieron interrumpidos por el sonido del celular de Taiga.
- Es Bishop -el fangire leyó el nombre en la pantalla antes de contestar- ¿Diga? -hizo una pausa, en la que cruzó miradas con Takatora- Dice que encontró al Inves de los insectos. Vamos. -se puso de pie para emprender la marcha-
- Tú no puedes ir, no puedes pelear, yo lo conozco bien, con el Kachidoki Arms será suficiente para vencerlo -afirmó-
- ¿¡Pero y si te controlan los insectos...!?
- ¡Con más razón no debes venir! -se irguió frente a él, acercándose hasta quedar a pocos centímetros- Si los insectos me controlan... te atacaré... -la sola idea de lastimar a Taiga le desesperaba-
- Entonces... -bajó la mirada, intimidado con la cercanía del mayor, pero enseguida juntó valor para enfrentar miradas- prométeme que no harás nada arriesgado o que te ponga en peligro.
- ¿Te preocupas por mi?
- ¡Por supuesto! Porque... porque... -volvió a desviar la mirada, jamás se imaginó que le costaría tanto expresar sus sentimientos, era la primera vez que se sentía así, ni siquiera con Mio había sido tan incapaz de decir cómo se sentía-
- De acuerdo, te lo prometo -Takatora se adelantó a interrumpirle, viendo el rumbo que había tomado la situación. Era la primera vez que alguien se preocupaba por él de esa manera, por su bienestar personal y no porque estuviera usándole- Mataré al Inves y volveré en una pieza, y mañana desayunaremos juntos -la cercanía le había generado el impulso de acariciar el rostro, ahora sorprendido, del fangire. Ya no sabía cuándo estaba siguiendo la "farsa" y cuándo era él actuando por su propia voluntad. Al no ver en Taiga ni la más mínima resistencia al gesto, y como si una fuerza aplastara su capacidad de negación, sintió el abnegado impulso de besar a Taiga, pero al acercarse lo suficiente, el celular volvió a sonar, interrumpiéndoles y cortando el trance abruptamente- Será mejor que me apresure -dijo, apartándose un poco, lo suficientemente acalorado como para no reconocerse a sí mismo. Estaba por salir, cuando Taiga lo tomó de la muñeca, demorándole unos segundos la retirada-
- Es una promesa ¿Entendiste? -dijo con firmeza, para luego dejarle ir a pelear, con cuanto guardaespaldas pudiera otorgarle para asegurar su victoria y el ahora ansiado "desayuno". Takatora asintió, y Taiga quedó en silencio viéndole marcharse-
¿Acaso lo había interpretado bien? Aquello no podía haber sido fingido. Maldijo a Bishop en voz baja por haberles interrumpido.
- No te reconozco -Taiga sintió una palmada en el hombro que lo asustó, no se había percatado de que Shima se había acercado a él- jamás te había visto así de prendado a alguien, mucho menos a otro hombre.
- ¿Por qué te sorprende tanto? Tú y Máster son felices juntos -respondió, un poco más calmado, invitándole a sentarse donde había estado Takatora segundos antes-
- Pero tú, como King, tienes todo un ritual que cumplir, no puedes simplemente enamorarte de otro hombre ¿Qué pasará cuando nazca una nueva Queen?
- Las cosas han cambiado mucho desde Mio, Shima, no hay ritual alguno que cumplir -bebió un sorbo de agua- King ya no se encarga de detener los avances evolutivos de la humanidad y Queen ya no puede impedir que humanos y fangires se enamoren, entonces ¿Qué sentido tiene?
- ¿Sabes que las tradiciones no mueren en apenas unos años, verdad, Taiga? Si de verdad quieres a ese humano, debes dejarlo y no exponerlo a una vida de riesgos que es lo que conlleva ser la pareja de King.
- ¡No cuestiones mis decisiones! -Taiga golpeó la mesa con el puño, temblando de rabia- Si alguien se atreve a poner un solo dedo sobre Takatora lo ejecutaré yo mismo y sin ninguna misericordia. -se puso de pie, furioso, no estaba dispuesto a escuchar que debía dejar ir a Takatora tan fácilmente, suficiente tenía con saber que quizá no volviera de su mundo una vez que se fuera. Sin aguantar mucho más la incertidumbre, salió a buscarlo a la dirección brindada por Bishop.
Por su parte, Takatora había encontrado al Inves, pero, aún con el Kachidoki, no podía hacerle frente completamente debido a la típica cobardía que había mostrado años atrás, utilizar el cuerpo de una chica inocente.
- ¿Cómo es que aún estás vivo? -Takatora reconoció al antiguo fruto artificial, pero se veía mucho más débil que antes, ciertamente habían vuelto a crearlo de algún modo-
- Mientras aún queden lockseeds entre los mundos, podrán nacer Inves -Kouta apareció, para sorpresa de Takatora. Tenía aún su cabello rubio y armadura, y una actitud calmada y despreocupada-
- Kazuraba...
- Siempre que causes problemas, aquí me verás para deshacerme de ti nuevamente -sentenció el ahora Dios, separando al inves del huesped como hubo hecho tiempo atrás, para luego vencerlo de un solo golpe, ante la mirada atónita de Bishop- Takatora... -se acercó para hablar directamente con su antiguo colega y tomó una de sus manos. En aquel momento, el pelinegro sintió un calor abrumador recorriendo todo su cuerpo- Ese es el poder que necesitas para eliminar el veneno de los insectos de un organismo humano.
- ¿Y por qué me lo das?
- Porque esta no será la última vez que esto suceda -le dio la espalda y suspiró- Micchy puede extrañarte luego, pero ha madurado lo suficiente, ya no te necesita.
- ¿Qué quieres decir? -el mayor lo miró confundido, cuando finalmente Taiga llegó a la escena-
- ¿Takatora? -lo vio hablando con ese extraño sujeto, poderoso a primera vista, y decidió no intervenir. Sin embargo Kouta le dedicó una amigable sonrisa-
- Este mundo te necesitará mucho de ahora en adelante, Takatora - le palmeó el hombro- envíale mis saludos a Micchy. -sin dejarle responder, desapareció en un destello dorado-
- Kazuraba...
- ¡Takatora! ¿Estás bien? -Taiga se acercó corriendo al mayor, preocupado por todo aquello- ¿Qué fue eso?
- Kazuraba Kouta -respondió, ya le había contado todo sobre él, por lo que Taiga no pudo evitar asombrarse de haberle visto. Takatora miró sus manos- Supongo que ya no volveré a verlo, ya que me dio el poder para eliminar el veneno de los Inves de los humanos.
- ¿Será que sabe que ese inves volverá a aparecer? -se acercó a la inconsciente chica que había quedado tirada en el suelo- Bishop, llévala a un hospital.
- Enseguida, King. -evitando entrometerse con los asuntos de la pareja, obedeció de inmediato-
- Según Kouta, volverán a haber Inves en este mundo, ya que ambos mundos se han conectado en un punto... -miró a Taiga, la decisión estaba tomada, quería quedarse a su lado-
- ¿Eso significa que esos monstruos intentarán invadir este mundo también?
- No podrán si yo me quedo -explicó. Taiga respondió con asombro-
- Pero tu hermano...
- Mitsuzane estará bien. Kazuraba Kouta tiene razón, ha madurado, lo suficiente como para ocupar mi lugar en Yggdrasil. -se acercó a Taiga para poder verle a los ojos- ¿Estás de acuerdo con que me quede en este mundo... contigo?
- Takatora... -recordó lo que Shima le dijo. Habrían fangires, y ahora Inves también poniendo en peligro sus vidas, pero no lo dejaría ir, no habiendo aceptado sus sentimientos- No podría ser más feliz con la idea... -sonrió, con Takatora a su lado no volvería a estar solo-
- ¡Hermano! -Wataru se acercó corriendo-
- ¿Wataru? ¿Qué sucede?
- Jiro encontró el nexo entre los mundos, es por el Castle Doran sin dudas -miró al cielo preocupado- el problema es que se está cerrando, para mañana en la noche, al ser luna llena, quedará completamente sellado y quizá no vuelva a abrirse hasta dentro de al menos una década -explicó con cierto pesar-
- ¿Quieres decir que hasta mañana en la noche, puedo pasar entre los mundos como me plazca? -preguntó Takatora-
- Sí, pero... bueno... tienes que decidir si te quedarás allá o de este lado... -dijo lo último de forma casi inaudible- lo siento...
- No lo sientas, ya había tomado mi decisión. -respondió sin la más ligera duda en su voz- Pero aprovecharé el tiempo límite del nexo para traer mis cosas y hablar con Mitsuzane, estoy seguro de que lo entenderá.
- ¿Entonces te quedarás de este lado?
- Así es.
- ¡Ah! Ayudaré en lo que pueda -propuso Wataru con una sonrisa feliz. Sabía perfectamente que se quedaba por Taiga, y que a su hermano le haría muy bien tener a un hombre como él a su lado. Takatora le había dado la misma impresión que Nago la primera vez que lo vio, y se vio encandilado por él-
- Gracias -respondió lacónico, no dejaba de pensar en qué le diría a Mitsuzane y qué medidas tomaría en caso de que no aceptara. 10 años era mucho tiempo...
El mitad fangire lo guió al Castle Doran, mientras que Taiga hacía las pertinentes llamadas para dejar todo listo para la mudanza de Takatora. Se le notaba entusiasmado, quería celebrarlo en grande y gritar a los cuatro vientos que ya no estaba solo, o mejor dicho, que esta vez sí había sido correspondido por la única persona que le había gustado tanto como le gustó Mio alguna vez.
- Ahí está el nexo -Wataru señaló un árbol con una grieta similar a las de Helheim, pero Takatora se mostró más impresionado con el Castle Doran, el cual no dejaba de roncar fuertemente mientras descansaba plácidamente junto al árbol-
- Yo iré contigo, me gustaría conocer tu mundo, si no es ahora nunca tendré oportunidad -propuso Taiga, lo cierto era que, si algo salía mal, prefería quedarse varado allá con tal de no perder a Takatora-
- Será un placer para mi enseñártelo -el mayor también lucía complacido con la idea de no volver a separarse del rey fangire, y a su vez, mostrarle un poco de todo lo que significaba tanto para él. Taiga respondió con una sonrisa-
- Tengan cuidado -fue lo último que dijo Wataru antes de abrazar a Taiga y procurar quedarse en el Castle Doran cuidando el nexo hasta que ambos regresaran a salvo-
No les había tomado mucho tiempo cruzar. Takatora reconoció el sitio por el cual había salido, ciertamente no se notaba que era una grieta, ya que del lado de Zawame City se veía completamente como un bosque. Muy cerca de allí, la ahora reparada torre de Yggdrasil continuaba sus actividades, el mundo había continuado sin Takatora, no había diferencia horaria con el mundo de Kiva, pero sí el clima era diferente, más lluvioso por la época.
- ¡Takatora! Mira esto -Taiga se quitó el guante de la mano izquierda, la cual estaba completamente curada. Takatora tomó su mano y la observó bien, no tenía la más mínima marca pese a que había visto la gravedad de su herida-
- Que extraño... -se preguntó si se debía al nexo o a que su mundo era más beneficioso para los fangires-
- ¡Hermano! -Mitsuzane se acercó corriendo, se veía preocupado, claramente se había percatado de su ausencia y algún guardia de Yggdrasil le había advertido de su ubicación- ¿Estás bien? ¿Dónde estabas? -se detuvo a ver al fangire. Taiga se limitó a ponerse el guante nuevamente y esperar a que Takatora lo presente-
- Te daré todas las explicaciones pertinentes, no te preocupes por eso -respondió- permítanme presentarlos. Mitsuzane, él es Taiga Nobori, Taiga, él es mi hermano Mitsuzane.
- Encantado -Taiga sonrió con educación, enternecido de conocer al más pequeño de los Kureshima, pero no se sentía en absoluto culpable de "llevarse" a Takatora de su lado luego de todo lo que éste le había contado de él-
- Mucho gusto... -le bastó con un apretón de manos para percibir que aquel no era un hombre ordinario, no supo bien qué pensar, y tampoco comprendió la naturaleza de la relación que pudiera tener con su hermano-
- Tenemos que hablar, Mitsuzane -Takatora comenzó directamente a caminar en dirección a la mansión Kureshima, seguido del fangire y su hermano. No tardaron más que unos minutos en llegar, a fin de cuentas el "bosque" se encontraba apenas a una calle de distancia-
- Tu hogar es muy hermoso -dijo Taiga al ver el enorme lugar, le pareció increíble que estuviera dispuesto a dejar todo eso por él-
- Nuestro padre lo diseñó -respondió el mayor. "Pero lejos está de poder definirse como hogar", pensó- Taiga, debo hablar a solas con Mitsuzane, te quedarás en mi habitación hasta que concluya ¿Estás de acuerdo?
- Claro, no te preocupes por mi -afirmó, entrando a donde Takatora le señalaba-
- No tardaré mucho -acarició con suavidad el rostro del fangire, el cual no opuso ningún reparo a ello. Mitsuzane puso especial atención a ese gesto, era la primera vez que veía un comportamiento semejante en su hermano y dedujo enseguida que, cuando menos, ese hombre debía ser muy especial para él- Vamos, Mitsuzane. -recuperó su temple habitual y se dirigieron a la habitación del menor-
Taiga, a su vez, recorrió la habitación de Takatora con la mirada. Era elegante, fina, prolija, pero no tenía una sola fotografía, todo estaba... frío. Entonces comprendió, por qué dejar todo para quedarse a su lado. Por qué dejar esa hermosa mansión por una persona que apenas acababa de conocer. Takatora podía estar rodeado de lujos, pero al ver a Mitsuzane no vio una sola pizca de la calidez de Wataru. Al ver la habitación, no había un ápice de aire familiar, ese lugar era todo menos un hogar. Se sentó en la cama a esperar, todo lo que podía hacer en un lugar como ese era disfrutar el dulce perfume de Takatora que era lo único bueno que tenía esa habitación.
- ¿Puedes responderme ahora? ¿Dónde estuviste? ¿Quién es ese tipo que vino contigo? -Mitsuzane se mostraba preocupado, temía que otro "Ryoma" se metiera en sus vidas-
- Será mejor que te limites a escuchar, Mitsuzane, no tengo mucho tiempo, pero intentaré explicarte lo ocurrido desde el principio... -sin dilaciones, relató lo sucedido desde el momento en el cual encontró el bosque, hasta el encuentro con Kouta-
- Kouta... -Mitsuzane aún quería hablar con él, seguía arrepentido de lo sucedido y no estaba sorprendido de que el poder del fruto le permitiera viajar entre dimensiones-
- El problema es que el nexo se cerrará mañana en la noche, y no volverá a abrirse hasta dentro de al menos diez años... -miró a los ojos al menor- Y yo ya he tomado una decisión. Me quedaré con Taiga... cruzaré y, cuando el nexo se cierre, yo quedaré al otro lado.
- ¿¿Qué?? P-pero... ¿Qué pasará con Yggdrasil?
- Tú ya no eres un niño, Mitsuzane. Has madurado lo suficiente como para reemplazarme y estar al frente de Yggdrasil.
- ¡No digas estupideces! No hay forma de que yo...
- Fue Kazuraba Kouta quien lo dijo -agregó rápidamente- Nadie mejor que él para juzgar eso...
- Kouta... Aún si es Kouta quien lo dice, no creo poder hacerlo, y que te vayas por tanto tiempo...
- Mitsuzane -lo tomó por los hombros, reforzando el enfrentamiento de miradas- no estás solo, aquí todos te perdonaron y te apoyan. Yo... me enamoré de Taiga... -admitió- y sé que si lo pierdo ahora, me arrepentiré por el resto de mi vida. Jamás había sentido esto por nadie, y no voy a renunciar a eso.
- ¿Y por qué no se queda él aquí contigo?
- Él no es un ser humano, no podría sobrevivir mucho tiempo aquí sin las fuentes de alimento que hay en su mundo.
- Pero... -Mitsuzane se resignó, no era quien, luego de todo lo que le había hecho, para retener a su hermano a costa de su felicidad. Lo menos que podía hacer para compensar todo el mal que le había causado era dejarle ir con la persona que quería- Hermano... -suspiró- Haré lo que pueda, te lo prometo.
- Sabía que lo entenderías tarde o temprano -sonrió y le dio unas palmadas en el hombro, dejándole para regresar con Taiga, mucho más tranquilo de haber dejado las cosas en orden con Mitsuzane. Era cierto que le dolía dejarle, pero la decisión estaba tomada y su panorama emocional estaba claro para él. Llegó. Al abrir la puerta, Taiga esperaba pacientemente sentado en la cama, recibiéndole con una sonrisa-
- ¿Todo salió bien? -preguntó-
Takatora cerró la puerta tras de sí y se dejó recaer sobre la misma, como si se hubiera sacado un inmenso peso de encima. Entonces miró al fangire y sonrió en respuesta a la pregunta.
- Kazuraba Kouta tenía razón, en todo lo que me dijo...
- Entiendo -se puso de pie, mirándole a los ojos- Takatora... -tragó saliva- Lamentablemente no puedo ofrecerte una vida tranquila como la que tienes aquí, con fangires, y ahora Inves que seguramente intentarán hacer nuestra vida más difícil y...
- No me importa, para mi es un precio a pagar muy pequeño... Para estar contigo...
Volvió a acariciarle el rostro con suavidad, pero esta vez lo tomó por la cintura y lo acercó más a su cuerpo, gesto que tomó por sorpresa al fangire, sin embargo no se apartó de él. En lugar de eso, Taiga cerró los ojos, enteramente dispuesto a dejarse llevar por el mayor. Takatora, al verse correspondido, unió suavemente sus labios a los del fangire, profundizando poco a poco el beso hasta que la pasión se fue apoderando de él, empujando inconscientemente a Taiga hacia la cama.
En un comienzo, el fangire, con prácticamente nula experiencia en relaciones sentimentales, se sintió inhibido ante la desbordante pasión que el mayor estaba demostrándole. Takatora se percató de esto y, haciendo un gran esfuerzo, comenzó a ir más despacio y suave con él. No necesitaban ninguna palabra para conectar y entender las necesidades del otro, Taiga seguramente iría ganando más experiencia a su lado y pronto sería más capaz de responderle de igual manera.
A la mañana siguiente, al igual que la vez anterior, fue Takatora el primero en despertar. Estaba abrazando a Taiga, respirando ese exquisito perfume que le embriagaba, ni los frutos de Helheim le habían despertado tanto interés como el fangire. Por primera vez se sintió completo, era lo más cercano a la felicidad que había experimentado nunca. Apretó un poco el abrazo y despertó accidentalmente al fangire.
- Mgh... ¿Takatora? -se desperezó un poco, no podía casi moverse al verse envuelto en los brazos del mayor-
- Vamos, el desayuno nos espera -Taiga era el único capaz de sacar su lado cariñoso, le dio algunos besos en el cuello antes de al fin levantarse para darse una ducha primero-
- Buena idea -el menor también tenía un visible buen humor luego de la noche anterior, dudaba que existiera algo mejor que amanecer junto a un hombre como Takatora-
Suspiró. No podría estar con ningún hombre que no fuera él, nadie sería capaz de llenar un estándar con una vara tan alta, estaba seguro de que jamás se hubiera fijado en otro hombre de no haberle conocido a él.
Una vez alistados, Takatora armó unas tres valijas con lo que él consideraba importante, y dejó como encargo que algunos de sus empleados lo llevaran a la entrada del "bosque" en el momento que él les indicara.
- Con esto será suficiente, lo que más necesitaré lo llevo conmigo -sacó el cinturón y su lockseed original de Zangetsu- Quiero que vayamos a desayunar a un sitio especial...
Aquel era su único asunto pendiente en ese mundo, ver a Oren por última vez y confirmarse a sí mismo que amaba más a Taiga que a cualquier otra persona. Había evitado contarle sobre sus sentimientos por el pastelero, e incluso de la manía que le tenía Jonouchi por esto, pero estaba seguro, Taiga había llenado por completo ese espacio vacío que había quedado en su corazón.
Taiga, por su parte, siguió fielmente a Takatora hasta el Charmant, sin darse por enterado de qué hacía especial a aquel sitio en particular.
Llegaron, fue el mismo Jonouchi quien les asignó una mesa, como siempre hacía cada vez que veía entrar a Takatora, siempre procurándose de atenderlo él mismo. No obstante se sorprendió al verle entrar acompañado, más aún de otro hombre que, incluso vestido "informal", lucía elegante y adinerado. Se sentaron en una mesa cercana a la ventana.
- Este lugar es muy bonito -señaló Taiga, ajeno a la evaluación visual a la que estaban sometiéndole en silencio-
- Es la mejor pastelería de todo Zawame City, quizá de Japón incluso -halagó, al fin y al cabo era verdad-
- ¿Qué van a ordenar? -preguntó el de lentes, necesitaba toda la información posible-
- Para mi, el pastel del día -pidió Takatora- para mi acompañante, trae un postre que sea digno de un rey.
Jonouchi no supo comprender a qué se refería, pero dedujo que se trataba de alguien muy importante para que Takatora Kureshima pidiera eso para él, y era el momento perfecto de lucirse.
- Entendido -respondió, regresando a la cocina- ¡Oren! -corrió en busca de su maestro y pareja, el cual ya no estaba horneando pasteles debido a su retiro, sino arriba en un departamentito personal que tenían para los horarios intermedios. El mayor se encontraba descansando en la cama con una mascarilla facial y rodajas de pepino en los ojos-
- ¿Qué quieres? ¿No ves que estoy tomando mi siesta de belleza? -preguntó con molestia-
- Bien, entonces sólo volveré abajo a preparar el pedido para Kureshima Takatora y su acompañante -regresó, conociendo bien a Oren, sabía que bajaría a tropezones detrás suyo si era necesario para ver quién acompañaba a su "príncipe melón". Aquel término le asqueaba, y necesitaba que vea que estaba con otro-
- Este sitio es muy tranquilo -comentaba Taiga, sin tener ni idea de todos los acontecimientos pasados que se habían dado en ese preciso lugar. Takatora sonrió ante la irónica observación- Aún así podría disfrutar hasta el pozo más húmedo si es en tu compañía... -el fangire acarició la mano del mayor con cariño, gesto que Takatora correspondió, mimándole de igual manera-
Oren no daba crédito a lo que veía ¡Y en sus narices! En su propia pastelería... Pero miró a Jonouchi y recordó que era a él a quien había elegido, y aún así no podía evitar estar celoso. Vigilaría un rato al "acompañante".
El menor de los pasteleros no tardó en llegar con sus "obras maestras". Para Takatora, un hermoso pastel de melón y merengue, y para Taiga, uno con forma de trono, con crema y cerezas decorándolo.
- Está perfecto -el fangire miró fascinado el pastel- sólo un buen pastelero sabe que para un rey, lo más importante es su trono -le sonrió amigable-
- Gracias por el elogio, disfruten su desayuno, es cortesía del Charmant -Jonouchi estaba encantado con el, ya más que seguro, nuevo amante de Takatora. Eso seguramente lo mantendría lejos de Oren al fin y no estropearía esa oportunidad. Regresó a la cocina, rogando que Oren no hiciera ninguna estupidez, pero sabía que no haría nada hasta que salieran del Charmant, a fin de cuentas no era su costumbre arruinar el desayuno de los clientes-
Los pasteles habían sido magistrales, dignos de la fama que a pulso se ganaron, aún cuando Taiga no solía comer comida humana, su pequeño trono de crema le había encantado. No obstante, no consumía nada desde el día anterior, y su cuerpo le pedía consumir un alma humana o una fruta. Salieron.
- Ha sido un magnífico desayuno, hasta lamento que no vayamos a volver -tomó la mano de Takatora con cariño- lo que me recuerda -con su otra mano, sacó un fruto de un pequeño bolsito que llevaba- traje algunos por si accidentalmente quedaba varado aquí. -estaba por comérselo, cuando un grito los sobresaltó-
- ¡Lo sabía! -Oren, que había estado siguiéndoles, saltó frente a ellos, sorprendiéndoles al punto de hacer que Takatora soltara la mano de Taiga- ¿Queriendo traer de nuevo la perdición de esa fruta maldita, eh? ¡Imperdonable! -sacó una bazooka de la nada y les apuntó-
- ¡No digas estupideces! -Takatora se alarmó de inmediato al verle dispuesto a atacarles, conociéndole, no le temblaría la mano para disparar-
- ¿Y tú, mi hermoso príncipe Melón, de cómplice con ese rufián? ¡En ese caso será mi deber detenerte a ti también! -tanto Taiga, como Takatora, y Jonouchi que acababa de llegar para vigilar a Oren, vieron cómo la poderosa arma disparaba su misil-
Taiga se apresuró a empujar a Takatora detrás suyo y, usando sólo su mano enguantada, detuvo el misil en el aire, sosteniéndolo como si se tratara de un liviano trozo de madera. El guante se desintegró rápidamente, dejando ver cómo negras serpientes salían de su mano, mordiendo y envolviendo la munición pesada.
Taiga se apresuró a empujar a Takatora detrás suyo y, usando sólo su mano enguantada, detuvo el misil en el aire, sosteniéndolo como si se tratara de un liviano trozo de madera. El guante se desintegró rápidamente, dejando ver cómo negras serpientes salían de su mano, mordiendo y envolviendo la munición pesada.
- ¿Cómo te atreves a desafiarme? -arrojó el misil hacia arriba, el cual explotó a suficiente altura como para no dañar a nadie. Estaba a punto de transformarse, sus ojos cambiaron y en su rostro se dibujaron las marcas que delataban su naturaleza fangire, pero Takatora lo detuvo-
- ¡Taiga! No tenemos tiempo para esto -dijo con firmeza, viéndole a los ojos, para luego girarse y ver a Oren, sabiendo que sería la última vez- Oren... -se acercó para poder ver ahora al pastelero a los ojos- Esto no tiene nada que ver con los Inves y no es en absoluto lo que piensas. Esta es la última vez que seré capaz de pedirte que confíes en mi.
- Príncipe Melón... -era la primera vez que Takatora le pedía algo como eso y de esa manera tan directa, no podía negarse. Bajó el arma, resignado- No volveré a verte ¿Verdad? -se había percatado de ello desde el momento en que lo vio salir con el desconocido. Sabía que el extraño acompañante no era humano, y con el disparo pudo comprobarlo, pero a su vez, también probó que protegería a Takatora en un futuro-
- No, no volveremos a vernos...
- Me lo temí -sonrió con un poco de tristeza, pero ofreció su mano para estrecharla con la del otro- fue un honor haber trabajado para ti, mi príncipe Melón.
- Lo mismo digo... -respondió al apretón de manos con seriedad. Lamentablemente sus sentimientos hacia Oren no habían desaparecido por completo, y por dentro le entristeció la situación. Finalmente se separaron y Jonouchi acompañó a su maestro de regreso al Charmant, dejando solos nuevamente a Takatora con Taiga-
- ¿Qué fue todo eso? -preguntó Taiga, se había puesto en alerta, la situación había sido extraña y confusa-
- No tienes que preocuparte por eso -se acercó y lo atrajo a su cuerpo, tomándole por la cintura- lo que hiciste fue increíble ¿No lastimaste tu mano?
- No, en comparación de la espada Zanvat, ese misil es poco menos que un lápiz grande -bromeó, aferrándose al cuello del mayor con un abrazo cariñoso seguido de un beso discreto- Dime... -dudó un poco antes de hacer la pregunta- ¿Por qué ese hombre te llamó "príncipe melón"? ¿Quién es?
- No tienes que preocuparte por eso -intentó besarlo, pero Taiga le dio un empujón, apartándose de él-
- No te atrevas a ocultarme cosas, Takatora -amenazó, dejando algo perplejo al mayor-
- Taiga... -por primera vez experimentó un sentimiento devastador, sintió miedo, terror de que Taiga lo dejara. ¿Por qué? ¿Por qué si Taiga está en desventaja? pensó. Estaban en su mundo, estaba a tiempo de dar vuelta el tablero y reiniciar el juego, de quedarse y dejarle ir sin más, pero la sola idea le aterrorizó, perder a Taiga ya no entraba en su abanico de opciones- Tienes razón... Yo mejor que nadie debería saber que ocultar cosas sólo trae desconfianza, y quiero que puedas confiar en mi -le acarició el rostro con cariño, como ya se le había hecho costumbre, para luego comenzar a explicarle desde un comienzo cómo Oren había llegado a su vida "accidentalmente" y la historia que les involucraba.
No omitió detalle alguno y reveló cómo Hideyasu Jonouchi se había hecho con el corazón de aquel hombre antes de que él pudiera hacer nada al respecto. Taiga se sintió identificado, recordando cómo Mio se había enamorado de Wataru al punto de que él ya nada pudo hacer para cambiar esos sentimientos, haciendo que los tres cayeran en desgracia con su muerte. Se compadeció de que Takatora hubiera tenido que pasar por algo similar, él también hubiera querido ver a Mio por última vez de haber tenido oportunidad. Lo abrazó.
- Takatora... No te preocupes, te prometo que conmigo jamás tendrás que pasar por eso -se separó un poco para poder mirarle a los ojos, pero antes de poder continuar, Takatora volvió a besarle, ahora de un modo más apretado, sonrojando al fangire por tratarse de un sitio poco discreto- T-Takatora... -no quería apartarle, pero esa clase de "demostraciones" en público despertaban toda su timidez-
- Lo siento, me dejé llevar -ofreció su mano, la cual Taiga tomó sin dudar- será mejor que crucemos, ya no tengo más nada que hacer en este mundo.
Ya quería empezar su nueva vida junto al fangire, sentía que ya no pertenecía a ese lugar, que Zawame City ya no le necesitaba, no más que el mundo donde humanos y otras especies coexistían. Taiga, a su vez, se sentía igual, ya no estaría solo, Takatora estaría a su lado.
~Fin~
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